Nuestra sociedad está diseñada para que seamos útiles y funcionales en ella. Se suele dar más importancia al sistema basado en la lógica que al que surge de la creatividad, por ello se suele decir que los artistas son personas peculiares. 

Un verdadero artista se hace a sí mismo, no sigue tanto las reglas estructurales establecidas, sino por el contrario decide experimentar y encontrar las suyas propias.

El artista Edgar Ende, padre del famoso escritor Michael Ende el cual es conocido en gran medida por su libro  La historia interminable, creó su propio sistema que vinculaba el arte con la expresión del alma. Pata crear sus obras se encerraba en una habitación completamente a oscuras con una lámpara cerca. Esto activaba su glándula pineal, una glándula que no sólo regula la función del sueño sino que está vinculada a percepciones extrasensoriales. Él simplemente estando a oscuras y completamente en silencio dejaba que imágenes vinieran a su mente y cuando alguna imagen emergía encendía la lámpara y comenzaba su creación. Él dio lugar a fantásticas obras que podrían surgir de escenarios oníricos. Su estilo se catalogó como surrealista, al igual que las pinturas de Dalí, ya que no seguían un patrón realista, sino que por el contrario nacía de forma totalmente original y creativa.

En el taller de Pintura del alma que he creado no replico los métodos de Edgar Ende, pero si inicio el taller con una meditación para llegar a ese estado de conexión interior en que la persona pueda conectar con las imágenes que llegan a su mente y expresarlas. Nos trae de nuevo a un estado similar al de cuando somos niños, ya que cuando somos niños no nos preocupamos tanto realmente por cómo vamos a pintar lo que queremos pintar, simplemente lo hacemos y recurrimos a la creatividad de forma natural. Con los patrones rígidos de la sociedad esta creatividad y originalidad parece que se va apagando, ya que el sistema no está interesado precisamente en que recurras a tu mente para ser creativo y original porque en ese momento dejas de ser tan manipulable y predecible. Mi taller es una invitación a que recuperes tu estado de conexión interior contigo, aunque eso para tu lado lógico y controlador suponga una lucha interna. Nos han enseñado a que tenemos que no hemos de equivocarnos y a que debemos hacer las cosas de determinada forma, sin embargo nos hemos olvidado del simple placer que resulta ser y experimentar siendo nosotros mismos y expresando lo que llevamos dentro, ya que precisamente el aprendizaje viene muchas veces del ensayo "pueba - error".

Como dijo Edison "no he fallado 99 veces para crear la bombilla, sino que he descubierto 99 maneras diferentes de no hacerla"

Tomarse tiempo para uno mismo y ser uno mismo, ese puede ser uno de los mayores motivos que han motivado este taller, el simple acto de disfrutar siendo a través de la expresión artística.